En el mundo hay muy pocos casos como el de Lizzie, y los que tienen esta enfermedad suelen morir cuando son muy pequeños. Lizzie sigue viva a día de hoy, e intenta ayudar a personas con baja autoestima y trastornos alimenticios.
Lizzie tiene que comer unas 60
veces al día en pequeñas cantidades para poder sobrevivir.
Lizzie sufrió muchos insultos de pequeña en el colegio y ahora en las
redes sociales. A pesar de su aspecto, dice que no cambiaría nada de su cuerpo, porque le ha costado muchos años aceptarse así misma.
Ha escrito dos libros, y da numerosas charlas para gente que necesita superar sus problemas.